martes, diciembre 26, 2006

Un año depués...

Cuaderno de bitácora, Escribe lo que quieras...



Diciembre es un mes de balances. Lo hacen los bancos, las empresas y personalmente, cada uno en su fuero más íntimo también pone en la balanza los pro y los contra del año que finaliza.
Es época de frustraciones por aquello que nos prometimos y no cumplimos, pero también de alegría, por los pequeños logros que hemos conseguido a partir de la fuerza de voluntad o empeño que supimos aplicar.
El balance de éste blog es muy bueno: ha conseguido sobrevivir a su primer año de vida y le ha dado a su creador la posibilidad de encontrarse con personas con las cuales, de otro modo, jamás lo hubiera conseguido.
Es por eso que para finalizar el año, como una forma de agradecer a todos aquellos que han pasado por aquí firmando o simplemente leyendo, he decidido abrir un pequeño “Cuaderno de bitácora”, para que cada uno deje escrito en los comentarios lo que real y literalmente le venga en ganas.
La idea es dejar escrito, por ejemplo, eso que no podrías poner en tu blog; ese amor u odio que sientes por alguien o algo en particular; un deseo; un sueño; una metáfora; esa frase o pensamiento que llevas como una oración en todo momento; un reproche; un agradecimiento; una frustración; una idea que creer podría cambiar el mundo; la utopía que has perseguido siempre; lo que te parecen la vida y la muerte.
Estoy seguro que sea lo que sea que escribas, abrirá una nueva puerta hacia la comunicación, porque si hay algo para lo que sirve un blog es para comunicar y transformar el universo en la parcela de nuestra propia casa.

lunes, diciembre 11, 2006

Nunca más

Soñó con el bronce
pero acabó en el fango




América despacio se va curando sus propias heridas y eliminando el sedimento ignominioso de la vergüenza que la tiñó tantos años. Hoy ha caído otro bastión, quizás el último, de una ideología mesiánica que amparada en la doctrina del terror, sólo consiguió dividir a los hermanos, diezmar a los pueblos y congelar durante más de dos décadas la evolución lógica y natural de las ideas.
Se ha ido el asesino y el traidor; el ladrón y estafador; el que soñó con el bronce pero acabó en el fango. El que no tuvo piedad con sus propios hermanos y los asesinó por las dudas, porque “muerto el perro se acabó la rabia”, como le dijo en una oportunidad a otro general. El traidor que traicionó a las instituciones chilenas a las que había jurado fidelidad y el ladino que no tuvo empacho en espiar para Inglaterra durante la Guerra de Malvinas mientras se llenaba la boca hablando de América. El ladrón que saqueó a cara descubierta a quienes masacró y el estafador que jurando defender a Chile se embolsó paulatinamente parte del patrimonio y las riquezas de su gente.
¿Cómo puede alguien en su sano juicio, llorar la muerte de tan nefasto personaje?
Duele que él tenga derecho al funeral que le privó a sus víctimas, pero tampoco cabe celebrar su muerte como si de un triunfo se tratara. El verdadero triunfo del pueblo chileno, el que lo sufrió en carne propia, es saber que se ha hecho justicia y que ya no habrá Mausoleo ni eternidad histórica y que en poco tiempo habrá una condena póstuma que va a reemplazar todo el falso reconocimiento que su mente pervertida le hizo imaginar.
El verdadero triunfo del pueblo Chileno es mirar el cielo hacia los Andes, apretar los puños y contener la emoción en silencio, con la certeza de que tal vez sea Víctor Jara quien lo reciba en la antesala del infierno, con su guitarra en la mano y le cante “Vientos del pueblo”.



(Letra de la Canción) De nuevo quieren mancha rmi tierra con sangre obrera, los que hablan de libertad y tienen las manos negras, los que quieren dividir a la madre de sus hijos y quieren reconstruir la cruz que arrastrara Cristo. Quieren ocultar la infamia que legaron desde siglos pero el color de asesinos no borrarán de su cara. Ya fueron miles y miles los que entregaron su sangre y en caudales generosos multiplicaron los panes. Ahora quiero vivir,j unto a mi hijo y mi hermano ,la primavera que todos vamos construyendo a diario. No me asusta la amenaza, patrones de la miseria. La estrella de la esperanza continuará siendo nuestra. Vientos del pueblo me llaman ,vientos del pueblo me llevan. Me esparcen el corazón y me aventan la garganta. Así cantará el poeta, mientras el alma me suene, por los caminos del pueblo, desde ahora y para siempre.

sábado, diciembre 02, 2006

¿y a ti qué te pasa?


Entre los escritores existe una vieja tradición: hablar del síndrome de la página en blanco. Parece que frente a ella perdemos toda inspiración y las ideas se evaporan con extrema volatilidad. Todos lo hemos sufrido , para que negarlo, pero creo que se trata de un mito o de una manera de justificarnos a nosotros mismos de nuestra poca dedicación.
En lo personal, hay algo que sí me asusta y es el síndrome de la mente en blanco. Es decir, encontrarme un día con que no tenga absolutamente nada que decir, nada que contar, ninguna que idea que me zumbe en la cabeza como una mosca.
Leo con frecuencia, en blogs favoritos, que el autor se declara imposibilitado de escribir “algo interesante”. Es cuando se disculpa frente a sus lectores y amigos y promete volver cuando las musas levanten la huelga general. Pero curiosamente, mientras esgrime sus motivos o indaga en ese misterioso mundo interior que parece haberle vuelto la espalda, se halla escribiendo algo. Entonces yo le diría: “pero cómo, ¿no era que no tenías nada que decir? Ves que sí tienes”.
Me duele ver cuando un blog se llama a silencio por esa causa, por la supuesta falta de ideas o temas sobre los que escribir. Y me duele, porque asumo que esa persona me está cerrando las ventanas que dan a su vida; me está privando de una fuente de enriquecimiento personal que yo valoro mucho, pero más me duele porque detrás de ese anuncio de “nos vemos pronto”, hay alguien que sufre el “quiero y no puedo” o el “quiero y no sé cómo”.
Si nos gusta escribir, si sentimos la ingente necesidad de volcar nuestras sensaciones en una pantalla, si gozamos con ver en palabras la idea que nos ha dejado dando vueltas en la cama hasta las tantas de la madrugada, si todo eso, no deberíamos privarnos jamás de ese placer.
Las palabras son aves en cautiverio dentro de nuestra propia alma; escribir es liberarlas, echarlas a volar, darles la oportunidad de conmover, embellecer el cielo de los demás, son la más clara demostración de amor y gratitud.

Nota: Esto me vino a partir de una entrevista al poeta catalán Joan Margarit, que publica El País de Madrid. Me dio que pensar de cómo el ser humano puede sacar partido de la escritura a lo largo de su vida y lo relacioné con la supuesta falta de inspiración que tantas veces nos agobia.
http://www.elpais.com/articulo/cultura/ciencia/convence/poesia/conmueve/elpepucul/20061202elpepicul_4/Tes