martes, octubre 30, 2007

Recuperando vida...

Días atrás, haciendo limpieza en el escritorio de mi ordenador de trabajo, encontré una serie de textos y poemas que fueron escritos hace más de dos años. Los había olvidado por completo, lo que significa que no habían ido a parar a las carpetas donde guardo todo aquello que escribo desde hace doce años. Nada más leerlos, recordé con la exactitud de estar viendo una película, los motivos, las circunstancias y el momento durante el cual fueron escritos. Pude revivir las sensaciones y los diferentes estados de ánimo que por entonces dominaron mis días. Recuerdo que las transiciones de la alegría a la tristeza, en ambos sentidos, ocurrieron con demasiada rapidez, sin dejar tiempo siquiera a realizar cualquier proceso. Como cada vez que he escrito un poema, lo hice ante la cruel necesidad de quitarme la presión que el cúmulo de sensaciones en estado de ebullición, golpeaban a mi alma. Desconozco porqué permanecieron todo este tiempo fuera de lugar y agradezco que el destino los haya conservado y que este azar, que nunca deja cabos sueltos, me los haya devuelto. No he recuperado simples poemas; he recuperado emociones, alegrías, dolor, palpitaciones, imágenes, rostros, colores de ojos, sonrisas y tantas cosas más; he recuperado tiempo de mi vida. Casi de inmediato pensé: “¿y por qué no publicarlos para darle vida a ese blog que inventé hace algún tiempo y que permanece en blanco? ¿Qué mejor ocasión para echar a correr “el azar nunca deja cabos sueltos”? Y allí están, con la sola pretensión de ser un puente, a través del cual, las almas puedan abrazarse.


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martes, octubre 23, 2007

Una puerta a ninguna parte

El próximo domingo hay elecciones presidenciales en Argentina y habiendo seguido la campaña por la prensa, uno no puede ser más que pesimista. Imagino quienes deben sufrir y padecer el diario vivir de ésta campaña electoral plagada de mentiras, falsos índices de crecimiento y cifras engañosas; imagino la decepción de quienes saben que el día después, todo seguirá igual y que nada va a cambiar porque no han cambiado ni los actores ni el guión.
Cuesta creer estando lejos, que uno haya vivido tantos años inmerso en ese mundo ficticio diseñado con pulcritud por la casta política. Cuesta creer que casi cuarenta millones de personas vivan sus vidas como Jim Carrey en The Truman Show, en medio de una irrealidad disfrazada, donde nada sucede como parece o le hacen parecer que sucede.
La sociedad argentina deberá seguir esperando el milagro y es triste que un país tenga como única esperanza, la milagrosa aparición de un Mesías político que aporte el revulsivo capaz de sacarlo del coma profundo en el que se encuentra tanto como nación, como sociedad.
Lo peor, es que los dirigentes políticos son conscientes de ésta realidad y desde hace ya muchos años, buscan afanosamente corporizarse en ese Mesías. En consecuencia ninguno planea o trabaja para el futuro, haciéndolo en cambio, para el minuto de gloria. La fiebre ha ido bajando y afectando a toda la familia política. Lo que comenzó en los niveles más altos ha ido contaminando a toda la ralea hasta llegar a las bases mismas. Hoy es fácil detectar, tanto en el discurso político de un candidato a presidente como en el de un “puntero” de barrio, la promesa de ser el elegido que viene a abrir las aguas y a multiplicar los panes y los peces.
Tengo la sensación de que los millones de ciudadanos que el domingo irán a las urnas, lo harán con esperanza, como siempre, pero que, lamentablemente, seguirán abriendo una puerta que no da a ninguna parte.
Nota: Para que todo no sea tan dramático os dejo tres viejas canciones que parecen haber sido compuestas para el matrimonio K.