martes, febrero 24, 2009

Cuentos (de) Mentes

Tecnología de Punta



Cuando el chaval ingresó a la tienda, la vendedora que atendía a otro cliente, lo observó de reojo. Lo hacía siempre, desde que últimamente se hablaba de atracos rápidos a negocios de telefonía móvil. El chico se dedicó a mirar detenidamente un escaparate que lucía un colorido anuncio: últimas novedades. Era el tipo de persona que no concebía su vida sin contar con la última tecnología, ya fueran ordenadores o teléfonos. Le llamó la atención un móvil que además de ofrecer lo más avanzado, prometía una sorpresa para quién se hiciera con sus servicios.
La vendedora quedó libre. El joven la encaró y pidió ver de cerca ese modelo. El aparato giró muchas veces en sus manos. Hizo ademanes de colocárselo como si fuera a hablar, en una manera de comprobar la sutileza de sus formas y la comodidad de portarlo. Era pequeño aunque un poco pesado, pero había algo en su diseño que no concordaba con los diseños actuales. Giró una y otra vez el aparato, mirando en detalle cada milímetro de su forma, hasta que cayó en la cuenta de que lo que saltaba a la vista era una pequeña prolongación en su parte superior derecha, como las antiguas antenas que traían los móviles de cinco o seis años atrás.
Luego de comprobar que realmente la cámara era de 3 megapíxeles y que contaba un gran espacio para cargar música, la vendedora le habló de todas las características que hacían de aquel aparato, el más avanzado de aquellos que se ofrecían en el mercado.
Cómo el chaval ya tenía un número sólo hubo que actualizar la tarjeta y el móvil quedó listo para usar. Pagó en metálico con billetes de 20 los 480 euros de la oferta y antes de marcharse, llamó a su novia. Cuando cortó, miró a la vendedora con una sonrisa y le dijo: “es cojonudo”. Antes de retirarse, y al ver nuevamente el anuncio, preguntó cual era la sorpresa que prometía el dispositivo. La vendedora sólo le dijo que había que enviar un mensaje al 6666 y que, gratuitamente, le informarían.
El resto del día lo pasó haciendo llamadas a toda su lista de contactos; hablando maravillas de su nuevo móvil, como si tuviese un marcado interés en que todos compraran aquel modelo. Al llegar a la casa de su novia, ésta dormía. La despertó con un beso ansioso por enseñarle la maravilla que acababa de comprar. 
Algo soñolienta se sentó en la cama, quedando ambos frente a frente. “Este móvil viene con una sorpresa que no he querido saber hasta estar contigo” le dijo. Ella le agradeció con un beso en la boca. “¿Y qué es?”, preguntó intrigada. “Pues no lo sé.... veamos”. Descorrió la tapa, marcó 6666 y apretó la tecla “send”. El disparó sonó seco mientras un tenue hilo de humo azul salió por la pequeña prolongación de la parte superior. La bala nueve milímetros atravesó el corazón de la niña que se desplomó en sus brazos.

9 comentarios:

Cora dijo...

ala, que final, jops, me he quedado alucinada...

Belén dijo...

Joe que bueno el final...

Besicos

Cynthia dijo...

Epa.. me sorprendiste con el final.. que intriga que texto sorprenderte.. de mente si razon me has dejado... jejej

besos.

Steki dijo...

Uala... inimaginable final! De mente he quedado, jaja.
BACI, STEKI.

en las nubes dijo...

que mal rollo!!!
pero muy buen relato!!!

Anónimo dijo...

vaya que final, abrazos enormes desde Bolivia

Gabi dijo...

Uauuu!! Qué sorpresa! Aunque ya no nos sorprenden tanto las cosas. Cada vez nos sorprenden menos...
Saludos!!

Recomenzar dijo...

Que lindo blog me fascinó el nombre te encontre en la casa de stiki Volveré y quizas como pizza mientras tomo champagne
besos

Bego dijo...

leer esto y escuchar esto a la vez no es lo mejor para el principio d la primavera en la q todo son buenos deseos y ansias de sol, luz y color. Glups.