Otra vez Sopa
Tarde o temprano habrá de ocurrir: el plan K no resiste su propio peso. La escalada de protestas que se ha visto en estos días es solamente la mecha de una bomba que no tardará demasiado en explotar. No se trata de ser pesimista ni tampoco se trata de ver la realidad como “la vida es bella”; es sólo juntar cuatro o cinco cabos para darse cuenta que el país está atado con alambre y que la política interior está sujeta a la imprevisión de ir solucionando las cosas a medida que se suceden.
Cuando Mr K. decretó el default de la deuda externa y y ratificó la pesificación de las deudas de los argentinos fabricando un jubileo en el que todos, menos los bancos y los tenedores de bonos, salieron favorecidos, recibió aplausos y vítores. Hasta algún idiota de los que nunca faltan, llegó a calificarlo como el hombre más importante en la política nacional en los próximos cien años. El hombre, ávido de satisfacer su ego y acicateado por su mujer, que gobernaba desde la sombra, supuso que aquel colchón de popularidad sería suficiente para sacar adelante al país. Argentina, es un país difícil de manejar, por aquello de que todos creen que el país es lo que realmente no es. Se soslayan cosas tan fundamentales como la desocupación, la economía en negro, los altos niveles de pobreza y la creciente inseguridad, todos éstos, fenómenos que son síntomas evidentes de una nación y una sociedad en proceso de descomposición.
Durante cuatro años desde el gobierno, y a base de números y porcentajes relativos, se creó un espejismo para que todos vieran lo que realmente no sucedía. El gobierno subvencionó el combustible para que no aumentara el costo del transporte de personas y mercancías; coaccionó a los distintos sectores productivos para que los productos de consumo básico no subieran de precio; mantuvo el tipo de cambio a costa de comprar o vender toda la cantidad de dólares que el mercado le requería; obligó a los exportadores a liquidar sus divisas para llenar las arcas del banco Nación con los dólares necesarios para mantener un control ficticio de la inflación.
Demasiados nudos para una soga sin consistencia. Las recetas han caducado y como si estor fuera poco, se derrumba el dólar junto a la economía americana arrastrando todo aquello que estuviera sujeto a él. La prueba flagrante de la debilidad de la economía nacional es que mientras la cotización del dólar ha caído entre un treinta y cuarenta por ciento en todo el mundo, en Argentina ha mantenido su paridad. Esto es lo mismo que admitir que también el peso argentino se ha depreciado en los mismos porcentajes.
Esta situación obliga al estado a recaudar más para mantener la farsa de poca inflación y economía en crecimiento, y ¿que hace entonces?, pues manotear de lo único verdaderamente genuino que queda en el país: la producción agropecuaria, que produce muy barato y vende muy caro, es decir que gana mucho. Más impuestos para el producto del campo. Impuestos o retenciones que ya llegan al 45% del valor de la producción. Entonces la gente del campo se enfrenta al gobierno y comienza un pulso en el que las dos partes saben que el que ceda, perderá para siempre. Por otro lado la población civil, se ha ido hartando en poco tiempo, de la soberbia de una mujer que quiere manejar el país a base del “se hace lo que yo digo y no se discute”. Para sostenerse en sus trece, ha creado su propia fuerza de choque y combate, que ha encomendado a D’elia y sus secuaces que serán los encargados de defenderla de los embates populares. Mientras el gobierno dirime su pulseada con el campo, han regresado las cacerolas, las concentraciones en Plaza de Mayo, el desabastecimiento, la confusión. Lo próximo será la desesperación por cambiar los pesos por divisas (ya sucede con el euro) para protegerse de algún modo y finalmente las barricadas y los saqueos.
Nunca entenderé por qué, teniendo las urnas, los argentinos deben atravesar siempre el caos para llevar adelante los cambios. La cosa no pinta bien. Lo otro sería una rectificación del rumbo político, pero no estoy tan seguro de que la señora K esté dispuesta a sacrificarse junto a su entorno. Sería reconocer el fracaso de un plan que sólo se mantuvo airoso mientras duraron los fuegos artificiales con los que se festejó el default.
Cuando Mr K. decretó el default de la deuda externa y y ratificó la pesificación de las deudas de los argentinos fabricando un jubileo en el que todos, menos los bancos y los tenedores de bonos, salieron favorecidos, recibió aplausos y vítores. Hasta algún idiota de los que nunca faltan, llegó a calificarlo como el hombre más importante en la política nacional en los próximos cien años. El hombre, ávido de satisfacer su ego y acicateado por su mujer, que gobernaba desde la sombra, supuso que aquel colchón de popularidad sería suficiente para sacar adelante al país. Argentina, es un país difícil de manejar, por aquello de que todos creen que el país es lo que realmente no es. Se soslayan cosas tan fundamentales como la desocupación, la economía en negro, los altos niveles de pobreza y la creciente inseguridad, todos éstos, fenómenos que son síntomas evidentes de una nación y una sociedad en proceso de descomposición.
Durante cuatro años desde el gobierno, y a base de números y porcentajes relativos, se creó un espejismo para que todos vieran lo que realmente no sucedía. El gobierno subvencionó el combustible para que no aumentara el costo del transporte de personas y mercancías; coaccionó a los distintos sectores productivos para que los productos de consumo básico no subieran de precio; mantuvo el tipo de cambio a costa de comprar o vender toda la cantidad de dólares que el mercado le requería; obligó a los exportadores a liquidar sus divisas para llenar las arcas del banco Nación con los dólares necesarios para mantener un control ficticio de la inflación.
Demasiados nudos para una soga sin consistencia. Las recetas han caducado y como si estor fuera poco, se derrumba el dólar junto a la economía americana arrastrando todo aquello que estuviera sujeto a él. La prueba flagrante de la debilidad de la economía nacional es que mientras la cotización del dólar ha caído entre un treinta y cuarenta por ciento en todo el mundo, en Argentina ha mantenido su paridad. Esto es lo mismo que admitir que también el peso argentino se ha depreciado en los mismos porcentajes.
Esta situación obliga al estado a recaudar más para mantener la farsa de poca inflación y economía en crecimiento, y ¿que hace entonces?, pues manotear de lo único verdaderamente genuino que queda en el país: la producción agropecuaria, que produce muy barato y vende muy caro, es decir que gana mucho. Más impuestos para el producto del campo. Impuestos o retenciones que ya llegan al 45% del valor de la producción. Entonces la gente del campo se enfrenta al gobierno y comienza un pulso en el que las dos partes saben que el que ceda, perderá para siempre. Por otro lado la población civil, se ha ido hartando en poco tiempo, de la soberbia de una mujer que quiere manejar el país a base del “se hace lo que yo digo y no se discute”. Para sostenerse en sus trece, ha creado su propia fuerza de choque y combate, que ha encomendado a D’elia y sus secuaces que serán los encargados de defenderla de los embates populares. Mientras el gobierno dirime su pulseada con el campo, han regresado las cacerolas, las concentraciones en Plaza de Mayo, el desabastecimiento, la confusión. Lo próximo será la desesperación por cambiar los pesos por divisas (ya sucede con el euro) para protegerse de algún modo y finalmente las barricadas y los saqueos.
Nunca entenderé por qué, teniendo las urnas, los argentinos deben atravesar siempre el caos para llevar adelante los cambios. La cosa no pinta bien. Lo otro sería una rectificación del rumbo político, pero no estoy tan seguro de que la señora K esté dispuesta a sacrificarse junto a su entorno. Sería reconocer el fracaso de un plan que sólo se mantuvo airoso mientras duraron los fuegos artificiales con los que se festejó el default.
15 comentarios:
recien estaba viendo el noticieron en el gimnasio y mostraban a los camioneros contra los del campo peleando de palabra...te digo que esto mas alla de todo va a terminar mal, muy mal.
Yo a esta mina nunca la banque incluso aca ya he dejado mi opinion sobre ella. Al marido menos, ni cuando todos vivian su luna de miel. Claro que la politica inconsistente iba a hacer mella en algun momento. Y eso esta ocurriendo ahora. De todos modos, no coincido Marce respecto de lo del campo. El campo se lleno de oro con el marido de la Seniora, y ahora que hay que compartir un poco se ponen como locos. Primero que el campo invierta en el campo, segundo que ponga a todos los peones en blanco, tercero que deje de plantar solo soja para exportar y piense en el consumo interno aunque no sea tan redituable, cuarto que pague los creditos que estan en default y entre todos estamos pagando. Como siempre saltamos (me incluyo) cuando a la clase media le tocan el bolsillo. Hace 3 meses, en esas mismas localidades que hoy se levantan, la turra esta gano por el 45% de los votos. Alguien la voto. Ahora no se hagan los pelotudos. Y no podemos borrar con el codo lo que escribimos con las manos. El caos, el piquete y la cacerola no pueden transformarse en la figurita de cambio para voltear un gobierno. Pq eso habla mal del pueblo que cuanod tuvo el momento de votar se cago de risa y voto con el culo en lugar de con la cabeza, y habla mal de un pueblo que piensa que la democracia es una figurita intercambiable segun nos guste o no el dibujito. No es asi. Si queremos dejar de ser un pais bananero debemos respetar los periodos institucionales, hasta que aprendamos a votar. Si la oportunidad que tenemos de dar nuestra opinion no la usamos, despues no podemos salir a gritar a la calle. Es poco serio. Asi que no apoyo al campo en esta ocasion, pq me parece que el timing es inoportuno y el metodo condenable para un pais que quiere que lo tomen en serio. Si vamos a mirar a Europa, miremos hacia Europa para todo. Besotes Marce!
Yo no estoy de acuerdo con los cortes de ruta, vivo en Gualeguaychú y éste es uno de los focos más más importantes... recién escuchaba a uno de los "gauchos" que estan en el corte, diciendo que es una de las peores cosas que le ha tocado hacer en su vida, que ellos no son piqueteros, pero es lo que se vieron obligados a hacer como medida, que es lo mismo que hace el gobierno para defenderse, con Moyano y D`elia.
Esa mujer me avergüenza, es una necia y sobervia.
Un beso, Marcelo!
Que no te quepan dudas, la señora K (con el apoyo "desinteresado" de su amigo piquetero) no va a rectificar su plan.
Su soberbia no se lo permitiría.
A veces da mucha pena ser argentino.
Hola! Gracias por visitarme.
Entraré por aquí a curiosear...
Sólo puedo decir que después de 2 semanas la sensación es de cansancio por un arreglo que no llega, no porque no se esté abierto al diálogo sino porque si la protesta del campo empezó con un NO al gobierno y este no cede ni medio milímetro sino que suma factores de conflicto no es posible barajar y dar de nuevo.
Soy hija de laburantes del campo y vivir directamente los efectos de esta mierda, me mata.
despúes todos van a decir..."yo no la voté"...
cuesta mucho mucho, reconocer un fracaso cielo, así es el orgullo humano, besitos, su
estoy lejos como alguna vez ya te enteraste.. tarde mas de diez dias en enterarme yo, de este quilombo que anda atareando a la agenda de los medios agentinos. Estoy en una especie de pais-isla-tupperware-aldea de los pitufos, que me hizo tardar en caer en que realmente lo que esta pasando alla, donde estan mis viejos mis hermanos y sobrinos es realmente lo cotidiando de mi vida hasta que me tome el avion.
todavia quiero volver porq la gente de alla pesa mas que los piqueteros.. pero sinceramente estoy intentando no detenerme demasiado para que no me angustie mas de la cuenta lo que el anio pasado era el pan de cada dia.
Esta empezando la transformacion de mi situacion mental-ciudadana?
Ud sabra mas de esto que yo.. pero comparto su espacio y su opinion y le agradezco este lote de palabras para dejar en algun lado dicho lo que ni da decirle a mis viejos por telefono..
Saludos, Sil.
Qué buen análisis, Marce. Gracias por tu aporte, por tu sinceridad, por tu crítica, por tu claridad. Es tan cierto. Y me siento tan ingenua a veces.
Un abrazo.
Ah! olvidé decirte. Hice el cheese cake. Falta sólo el post para hacerlos desear. Ja.
Marcelo vengo a invitarte a agradecerte durante estos 3 años tu apoyo, tu cariño y tus buenos deseos siempre... gracias totales por formar parte de mi blog... un beso muy grande...lo celebre a mi modo: escribiendo te espero..!
oiga caballero, que se nos va el mes y no ha escrito nada...anda que...vaya vaguitis aguda jajaja
MIRA CREOQUE ESTO NO TERMINARA DE LA MEJOR MANERA, SI CREO QUE LA SEÑORA K LE INTERESA SU PROPIO INTERES Y UNA VEZ MAS CAGAR AL PUEBLO...YO NO COMPRENDO COMO LA GENTE SIGUE EQUIVOCANDO SU VOTO...ESTAMOS MAL....Y ESO SE NOTA
umm no te leo em
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